Crítica política-social acerca de la política que rige al pueblo puertorriqueño a base del fragmento del Libro del Buen Amor
Los alcaldes, merinos, sayones y el diablo son representados a través de las figuras políticas que influyen -o podrían influir- en las decisiones gubernamentales de nuestra Isla, entre ellos: el gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla; el Secretario de Educación, Rafael Román; el candidato a la gobernación en representación del Partido de Pueblo Trabajador (PPT), Rafael Bernabe; el político del Partido Popular Democrático (PPD), David Bernier; el candidato a la gobernación, Manuel Cidre; el presidente del Senado de Puerto Rico, Eduardo Bhatia; el político popular, Jaime Perelló; el demócrata candidato a la presidencia de los Estados Unidos, Bernie Sanders; y el candidato a la presidencia por parte de los republicanos, Donald Trump.
Estos políticos “enforcan por quatro pepiones” a la sociedad, que está representada en el resto de las imágenes de mi collage.
La sociedad puertorriqueña podría sentir una “forca” alrededor de sus cuellos al entregarse a ciegas a las ideologías políticas que existen desde hacen siglos en el panorama político puertorriqueño. Muchas de las personas no realizan un análisis exhaustivo ni utilizan el pensamiento crítico para evaluar los beneficios y las desventajas de los distintos políticos. Por eso es que la población, ignorantemente, comparte su voto con el resto de la sociedad (ignorando el hecho de que debe ser un secreto) y porque votan por partidos políticos y no por candidatos (ya que no realizan evaluaciones individuales y se dejan guiar por el fanatismo). Dicho esto, podemos suponer que los resultados de las elecciones puertorriqueñas son un patrón partidista (de los rojos y los azules); esto, en comparación con el extracto del Libro del Buen Amor, cuando “Salió el ladrón suelto sin pena de presión, (…) muchas veses fue preso, escapaba por don”.
Otro elemento para evaluar son los sentimientos y valores que se pueden observar en las imágenes. Con sus acciones, los políticos “mandan a ser enforcados” al resto de la sociedad, excluyéndose de estos males porque tienen algún tipo de superioridad, como el diablo; quien le pregunta al ladrón que pide socorro: “¿Et tú por qué non corres?” (opción que tiene la sociedad puertorriqueña con su derecho al voto, no de correr físicamente [como una diáspora], sino de alzar su voz y realizar sus votos de una manera más juiciosa).
“Engaña a quien te engaña”, “yo te soterné segund que otras vegadas sotove a mis amigos en tales cabalgadas”. Utilizando estas dos frases para concluir: si nosotros, el pueblo de Puerto Rico, no abrimos nuestros ojos ante la corrupción y contrabando político de la Isla, nuestro futuro seguirá en las manos de las mismas personas que nos llevaron a donde estamos.
Estos políticos “enforcan por quatro pepiones” a la sociedad, que está representada en el resto de las imágenes de mi collage.
La sociedad puertorriqueña podría sentir una “forca” alrededor de sus cuellos al entregarse a ciegas a las ideologías políticas que existen desde hacen siglos en el panorama político puertorriqueño. Muchas de las personas no realizan un análisis exhaustivo ni utilizan el pensamiento crítico para evaluar los beneficios y las desventajas de los distintos políticos. Por eso es que la población, ignorantemente, comparte su voto con el resto de la sociedad (ignorando el hecho de que debe ser un secreto) y porque votan por partidos políticos y no por candidatos (ya que no realizan evaluaciones individuales y se dejan guiar por el fanatismo). Dicho esto, podemos suponer que los resultados de las elecciones puertorriqueñas son un patrón partidista (de los rojos y los azules); esto, en comparación con el extracto del Libro del Buen Amor, cuando “Salió el ladrón suelto sin pena de presión, (…) muchas veses fue preso, escapaba por don”.
Otro elemento para evaluar son los sentimientos y valores que se pueden observar en las imágenes. Con sus acciones, los políticos “mandan a ser enforcados” al resto de la sociedad, excluyéndose de estos males porque tienen algún tipo de superioridad, como el diablo; quien le pregunta al ladrón que pide socorro: “¿Et tú por qué non corres?” (opción que tiene la sociedad puertorriqueña con su derecho al voto, no de correr físicamente [como una diáspora], sino de alzar su voz y realizar sus votos de una manera más juiciosa).
“Engaña a quien te engaña”, “yo te soterné segund que otras vegadas sotove a mis amigos en tales cabalgadas”. Utilizando estas dos frases para concluir: si nosotros, el pueblo de Puerto Rico, no abrimos nuestros ojos ante la corrupción y contrabando político de la Isla, nuestro futuro seguirá en las manos de las mismas personas que nos llevaron a donde estamos.